El cambio de hora se inició durante la Primera Guerra Mundial para ahorrar carbón y en 1974 empezó a generalizarse. La crisis del petróleo empujó a los países occidentales a buscar formas de ahorro, y adelantaron los relojes para aprovechar mejor la luz del sol y gastar menos electricidad.
Los países de la Unión Europea retrasan una hora el reloj esta noche para acomodarse al horario de invierno. En todos los países el cambio se realiza a las 3 de la madrugada, que pasan a ser las 2. Este cambio se realiza dos veces al año, coincidiendo con los últimos fines de semana de octubre y marzo. Con esta medida se busca contribuir al ahorro energético y aprovechar al máximo la luz solar.
Una buena noticia y una mala. La buena: en la noche del sábado al domingo dormiremos (o saldremos) una hora más. La mala: a partir de ahora anochecerá antes.
Y es que en la madrugada del domingo termina el horario de verano y empieza el horario de invierno: a las 3.00 horas serán las 2.00 horas. (En Canarias a las 2.00 horas será la 1.00).
Esta costumbre de atrasar el reloj en hora en invierno y adelantarlo en verano se empezó a usar de forma generalizada en 1974 para poder aprovechar mejor la luz del sol (y consumir menos electricidad) tras la primera crisis del petróleo.
Sin embargo, el cambio de hora no es universal. Los países de la Unión Europea ajustan sus relojes en bloque, mientras que algunas regiones de Canadá y Estados Unidos, como Arizona y Hawaii, tienen un solo horario para todo el año.
Por su parte, grandes potencias como China, India y Japóntampoco ajustan la hora a la llegada del verano y del invierno. En realidad, salvo parte de América y Europa, el resto del planeta no toca sus relojes, y en la zona ecuatorial no es necesario porque el número de horas de Sol diarias es similar durante todo el año.
Ventajas del cambio de hora
Medioambientales:
Los responsables del cambio de hora aseguran que ahorra energía y que tiene numerosas ventajas para el medio ambiente:
Contribuye a luchar contra el cambio climático:
La producción energética se basa en su mayoría en el uso del carbón o el petróleo. Estos combustibles fósiles emiten dióxido de carbono (CO2), un gas involucrado en el cambio climático. Cuanta menos energía se utilice, menos CO2 se emite.
Reduce la contaminación:
Además de las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero (GEI), el empleo de combustibles fósiles supone también la emisión de sustancias y gases nocivos para el medio ambiente y la salud. Algunos de sus efectos, como las mareas negras o la destrucción de zonas vírgenes para la búsqueda y extracción de nuevos yacimientos, son los más conocidos. Y no hay que olvidar que una parte de la electricidad consumida proviene de las centrales nucleares, cuyos residuos radiactivos o la posibilidad de un accidente pueden provocar un impacto ambiental grave.
Disminuye la necesidad de materias primas:
Cuanta menos energía se produce, la cantidad de materias primas necesarias para ello es menor. Por tanto, el impacto de las actividades (como la minería o las plataformas petroleras) de extracción, transporte y transformación de dichas materias primas es menor.
Para la salud:
En general, los expertos señalan que es más llevadero el momento del cambio horario de otoño que el de primavera, porque disminuyen las horas de luz. Esto favorece la secreción de melatonina, que, a su vez,ayuda a conciliar el sueño.
Y es que la luz no produce el mismo efecto durante la mañana que durante la tarde: por la mañana activa el ritmo, pero la luz durante la tarde lo demora.
Económicas:
Para la economía familiar, tan dañada con la duración de esta crisis, el cambio horario puede suponer un ahorro de seis euros en un año. Tener una hora más de luz solar reduce el uso de iluminación artificial, de electrodomésticos y aparatos energéticos, en general.
Aunque el ahorro, en general, se nota menos en el invierno, el objetivo principal que se persigue al retrasar el reloj una hora en invierno y adelantarla en verano es aprovechar más la luz natural diurna. No obstante, este cambio no es perjudicial para los ciudadanos y hace posible que el gasto energético sea menor. Algunos expertos señalan los inconvenientes del cambio horario:
Inconvenientes:
Medioambientales:
¿Realmente ahorra energía?
Es la pregunta de todos los años. Pero, no hay un consenso científico sobre cómo influye en realidad en nuestro día a día. Algunos expertos y estudios aseguran que puede favorecer la aparición de picos de demanda de electricidad, o que la reducción que se consigue a ciertas horas se aumente a otras horas, y el balance final no compensa.
Sería interesante ver el efecto de la medida propuesta en fechas recientes de cambiar el huso horario de España y moverlo al que de forma natural le correspondería, en el meridiano de Greenwich.
Impacto en la producción de energía solar:
Si las horas posibles de sol se desajustan con la actividad humana, se podría reducir esta forma de energía renovable no contaminante. La energía del sol se consume según se produce, salvo que se empleen acumuladores o baterías para guardarla y utilizarla en otros momentos cuando no hay sol, pero en la práctica no suelen usarse por ser sistemas muy caros.
Contaminación lumínica:
El alumbrado público genera una serie de inconvenientes económicos y ambientales que podrían aumentar con un mayor empleo del mismo.
Impacto en las actividades agrícolas:
Cualquier actividad en un entorno natural que depende del sol puede verse afectado por un cambio en las horas de luz.
Para la salud:
Los detractores del cambio horario consideran esta medida antinatural, y señalan que puede alterar el sistema nervioso central y provocar estados de irritabilidad o depresión.
Los cambios estacionales de hora no tienen por qué afectar a todo el mundo, y suelen acusarlos más laspersonas mayores y los niños. Son muy molestos, aunque a menudo sean trastornos más psicológicos que orgánicos.
Inconvenientes económicos:
Uno de los mayores reproches al cambio de horario es que quizás no se ahorra tanto como se puede pensar en principio.
Algunas empresas no dejan de gastar; sobre todo, si trabajan después de las seis de la tarde. Y muchos comercios abren a las 10:00 horas, por lo que no habrán ahorrado y requerirán una hora más de gasto por la tarde. A ellos, el cambio de hora les perjudica y les resultará más costoso.
Una decisión que viene de lejos
El cambio de hora se empezó a popularizar en 1916, durante la Primera Guerra Mundial, con objeto de ahorrar carbón. En España, esta medida no se aplicó hasta 1974, a raíz de la primera crisis del petróleo.
El cambio de horario se popularizó en 1916, durante la Primera Guerra Mundial, con objeto de ahorrar carbón. Años más tarde, en enero de 2001, el Parlamento Europeo y Consejo de la Unión aprobaron la Novena Directiva, otorgando a este cambio horario un carácter indefinido. Dos años antes, en 1999, un estudio realizado por la Comisión Europea había concluido que la medida tiene impactos positivos.